I
La soledad suele tener la medida de lo inmenso
y yo me siento tan pequeña al lado de la tuya
II
Legué a casa
y como creo en el peligro de los olores
me saqué toda la ropa
para desaparecer cualquier vestigio de amor
III
Pero lloro todo el día en pedazos nublados de atardecer
y te imagino con los ojos clavados en libros que nada tienen que ver conmigo
escuchando a esas cantantes de las que tanto te enamoras
Imagino un gracioso sonido en tu teclado
y te imagino broméandole a la soledad de tu cuarto
La imagen se vuelve monstruosa
y por primera vez tengo miedo de ti
Entonces preparo la huida
IV
Tú tan guitarro eléctrico
yo tan guitarra de madera
y los dos tan chopanianos para la tristeza
V
Trato de enfríar mis manos
para sacar de mis espacios los objetos que te pertenecen
pero el corazón no me late frío
y me siento a esperar
VI
Recuerdo esas bromas tan feas con las que siempre desarticulaste mi ternura
las veces que callaste clavando el agrio silencio en la fé que tenía en tus ojos
el desamparo de tu risa cuando te conté algún secreto
y fortalezco mi mano para alcanzar el teléfono
VII
Tu voz triste
me hace pensar que todo ha sido culpa del miedo
VIII
Ojalá esa cebra de trapo
esa que me roba los pañuelos
y que se queda contigo siempre
pudiera hablar y decirme
que sí vale la pena volver a tu departamento
para darnos un beso con las narices mojadas
y abrazarte mientras resucitas a chopan
mientras yo nananeo no tan lejos de tí
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Hace 2 años.
1 comentario:
Manos frias (me refería)
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